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Iglesia de San Ignacio

Basílica de San Ignacio

Donde hoy se encuentra la basílica de San Ignacio estaba el castillo que el rey castellano Fernando el Católico mandó construir poco despues de conquistar Navarra (siglo XVI).

Fue asediado por los legítimos herederos al trono de Navarra, a los pocos años de su construcción, en un fracasado intento de reconquistar el Reyno. En esta batalla luchó, del lado del ejército castellano, defendiendo el castillo, el soldado guipuzcoano Íñigo de Loyola, quien cayó gravemente herido en la batalla.

Para conmemorar este hecho histórico, en 1601 el virrey Cardona mandó colocar en el lugar exacto en que cayó herido el santo un arco y una lápida conmemorativa (que hoy se encuentra en el patio de la Cámara de Comptos). Más tarde, a finales del siglo XVII, se construyó en ese mismo punto la Basílica de San Ignacio, quedando dicha lápida de piedra en una pared del interior de la Basílica.

La Basílica de San Ignacio fue totalmente reformada en 1927, cuando el arquitecto Serapio Esparza levanto la actual fábrica, dotada de torre y chapitel puntiagudo, ya que la Basílica fue parcialmente derribada, perdiendo un tercio de su longitud, y su fachada retrasada unos metros a fin de construir la actual Avenida de San Ignacio.

Iglesia de San Ignacio, Pamplona

Iglesia de San Fermín de Aldapa

San Fermín de Aldapa

Se tiene constancia de la existencia de esta iglesia desde tiempos medievales, construida en el lugar donde, según la tradición, estuvo la casa natal de San Fermín.

Iglesia de San Fermín de Aldapa, Pamplona

Iglesia de San Fermín de Aldapa, Pamplona

Se localiza en el casco viejo pamplonçes, entre la calle Dos de Mayo y la calle Aldapa, en la explanada que se extiende frente al Palacio de los Virreyes (actual Archivo Real y general de Navarra). Este lugar situado en cuesta (de ahí su nombre de Aldapa), constituyó el primer asentamiento de la civilización romana en Pamplona. Las excavaciones realizadas en el crucero y en la sacristía de la iglesia dieron como resultado la aparición de un mosaico romano y parte de unas termas, mientras que en el nivel superior se hallaron los cimientos de la primitiva ermita de San Pedro de los Reyes de Navarra.

Iglesia de San Fermín de Aldapa, Pamplona

Iglesia de San Fermín de Aldapa, Pamplona

Por otro lado, bajo el jardín trasero de la basílica, lugar en el que se quiso construir un parking subterráneo para poder acercarse en coche hasta el Archivo, se hallaron restos de cimentaciones romanas e incluso apareció un sello con la inscripción de su propietario Cayo Celso ?, rico comerciante y mercader de la pamplona romana.

Iglesia de San Fermín de Aldapa, Pamplona

Iglesia de San Fermín de Aldapa, Pamplona

Los hallazgos medievales corresponden a los restos del palacio regio de San Pedro, construido en 1189 por Sancho VI el Sabio, en terrenos cedidos por los habitantes de la Navarrería, cuando él les otorgó los privilegios para su repoblación. La capilla del palacio, dedicada a San Pedro, estaba en el lugar que hoy ocupa esta pequeña iglesia de San Fermín de Aldapa.

Lateral de la iglesia de San Fermín de Aldapa.

Lateral de la iglesia de San Fermín de Aldapa.

En 1531 esta capilla aparece ya dedicada a San Fermín, desaparecinedo en 1701 cuando se reconstruye de nuevo en estilo barroco, inaugurándose el 25 de septiembre (fecha del martirio del santo). En 1883 se hicieron cargo de la basílica los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María (Padres Claretianos). Estos ampliaron la nave de la iglesia (Julián Arteaga), duplicando la capacidad del templo, aunque también realizaron una nueva fachada acorde con el gusto de la época y recrecieron la casa del convento con un piso más.

Su forma actual data de 1701, siendo su fachada es de finales del siglo XIX, obra del arquitecto pamplonés Florencio de Ansoleaga.

El retablo mayor es obra de Fermín Istúriz, en el año 1922, de estilo ecléctico. En él se venera la imagen de San Fermín de medio cuerpo que podría ser del siglo XVI dados los rasgos físicos del rostro, con mentón redondeado y en general fina talla. A ambos lados del retablo mayor se disponen dos retablos historicistas dedicados a San José y al Sagrado Corazón. En el Lado del Evangelio se localiza el retablo del Crucificado que podría ser de los siglos XVII o XVIII.

Mención especial para su festividad (Sanfermin Chiquito o Sanfermin de Aldapa), a finales de septiembre, donde se conmemora la fecha en la que se produjo el martirio de San Fermín.

No tienen la tradición ni la popularidad de las fiestas de julio, pero también concitan gran atención, especialmente entre los pamploneses. Incluso en su momento (hasta 1993), llegó a tener su propio encierro por las calles de Pamplona.

Colegio Vázquez de Mella

Colegio público Vázquez de Mella

Este centro fue proyectado por el arquitecto Serapio Esparza en 1934, siguiendo las directrices compositivas de la arquitectura racionalista de los años 20 y 30, aunque no se inauguró hasta septiembre de 1936. Con entrada situada en la calle Teobaldos,  ocupa la manzana formada por ésta calle y las calles Olite, Leire y Aralar.

Es el único centro integrado de música en Navarra. Se le puso el nombre de Vázquez de Mella, en honor al político tradicionalista asturiano que fue diputado en el Congreso por Navarra por los distritos de Aoiz, Estella y Pamplona entre 1893 y 1916. Miembro del partido carlista, fue escrito y filósofo. Las ideas centrales de su pensamiento fueron la tradición, la monarquía, el foralismo, la familia, el municipio y la región.

El inmueble principal se encuentra en el catálogo de edificios protegidos del Ayuntamiento de Pamplona, dentro del grado de protección 2, con las fachadas como elementos principales. El edificio está dispuesto en un bloque lineal con dos alas de corto desarrollo, acabadas en rotondas. En 1986, el centro se amplió con una nueva dotación utilizada como gimnasio.

A comienzos de 2011 se colocó una cubierta sobre parte del patio La pista deportiva se ha cerrado por medio de lamas, que permiten la transparencia necesaria para que el espacio reciba iluminación natural.

El proyecto de Fermín Ibarrola y Beatriz Alcaine, arquitectos del área de Proyectos Estratégicos, se ha resuelto con una cubierta a dos aguas sustentada por medio de pilares circulares de hormigón y una estructura que permite liberar la superficie que cubre sin ningún otro apoyo. La superficie cubierta del patio asciende a 590 metros cuadrados, 471 metros cuadrados en la propia instalación y otros 119 en los porches existentes bajo el gimnasio.

Vistas en la calle Olite

Vista del colegio Vázquez de Mella en la confluencia de la calle Leire y la calle Olite.

Vista del colegio Vázquez de Mella en la confluencia de la calle Leire y la calle Olite.

Fachada del colegio Vázquez de Mella a la Calle Olite.

Fachada del colegio Vázquez de Mella a la calle Olite.

Fachada del colegio Vázquez de Mella a la Calle Olite.

Fachada del colegio Vázquez de Mella a la calle Olite.

Vistas en la calle Leire

Cubierta del colegio Vázquez de Mella en la calle Leire.

Cubierta del colegio Vázquez de Mella en la calle Leire.

Cubierta del patio del colegio Vázquez de Mella en la calle Leire.

Cubierta del patio del colegio Vázquez de Mella en la calle Leire.

Cubierta del patio del colegio Vázquez de Mella en la calle Leire.

Cubierta del patio del colegio Vázquez de Mella en la calle Leire.

Cubierta del patio del colegio Vázquez de Mella en la calle Leire.

Cubierta del patio del colegio Vázquez de Mella en la calle Leire.

Vistas en la calle Aralar

Colegio Vázquez de Mella en la calle Aralar.

Colegio Vázquez de Mella en la calle Aralar.

El colegio Vázquez de Mella en la esquina de la calle Leire con la calle Aralar.

El colegio Vázquez de Mella en la esquina de la calle Leire con la calle Aralar.

Vistas en la calle Teobaldos

Colegio de los Escolapios

Colegio Calasanz de los PP. Escolapios

Es obra realizada en 1926, proyecto del arquitecto pamplonés Víctor Eúsa.

Ocupa una manzana entera entre las calles Olite, Leire, Arrieta y Aralar, en el II Ensanche de Pamplona, junto a la Plaza de Toros.

Su planta está marcada por la presencia central de una capilla y por su simetría. Destacan las esquinas, cada una con su propio tratamiento y decoración, que añade dinamismo a la trama ortogonal del Ensanche. En especial, la de las calles Olite y Arrieta, un prodigio de verticalidad con la imagen de San Miguel de Aralar en todo lo alto. Representa la madurez del “art decó” expresionista del autor.

Vistas en la calle Arrieta

Fachada del colegio de los Escolapios a la calle Arrieta, obra del arquitecto pamplonés Víctor Eúsa.

Fachada del colegio de los Escolapios a la calle Arrieta, obra del arquitecto pamplonés Víctor Eúsa.

Imagen del Arcángel San Miguel situada en lo alto de la torre del Colegio de los Escolapios, en la confluencia de la Calle Arrieta y la Calle Olite, obra del arquitecto navarro Víctor Eusa.

Imagen del Arcángel San Miguel situada en lo alto de la torre del Colegio de los Escolapios, en la confluencia de la Calle Arrieta y la Calle Olite, obra del arquitecto navarro Víctor Eusa.

Imagen del Arcángel San Miguel situada en lo alto de la torre del Colegio de los Escolapios, en la confluencia de la Calle Arrieta y la Calle Olite, obra del arquitecto navarro Víctor Eusa.

Imagen del Arcángel San Miguel situada en lo alto de la torre del Colegio de los Escolapios, en la confluencia de la Calle Arrieta y la Calle Olite, obra del arquitecto navarro Víctor Eusa.

Vista nocturna de la torre del colegio de los Escolapios, coronada con una imagen de San Miguel Arcángel, obra del arquitecto navarro Víctor Eusa, en la confluencia de la calle Arrieta y la calle Olite

Vista nocturna de la torre del colegio de los Escolapios, coronada con una imagen de San Miguel Arcángel, obra del arquitecto navarro Víctor Eusa, en la confluencia de la calle Arrieta y la calle Olite

Edificios de viviendas en la calle Arrieta, con el colegio de los Escolapios al fondo, obra del famoso arquitecto navarro Víctor Eúsa.

Edificios de viviendas en la calle Arrieta, con el colegio de los Escolapios al fondo, obra del famoso arquitecto navarro Víctor Eúsa.

Edificios de viviendas en la calle Arrieta, con el colegio de los Escolapios al fondo, obra del famoso arquitecto navarro Víctor Eúsa.

Edificios de viviendas en la calle Arrieta, con el colegio de los Escolapios al fondo, obra del famoso arquitecto navarro Víctor Eúsa.

Vistas en la calle Olite

Vista parcial de una de las torres del Colegio de los Escolapios, en la esquina de la calle Leyre con la calle Olite.  Edificio diseñado por el arquitecto pamplonés Víctor Eusa.

Vista parcial de una de las torres del Colegio de los Escolapios, en la esquina de la calle Leyre con la calle Olite. Edificio diseñado por el arquitecto pamplonés Víctor Eusa.

Panorámica del colegio de los Escolapios, con las fachadas a la Calle Olite y la calle Leire, obra del arquitecto pamplonés Víctor Eúsa.

Panorámica del colegio de los Escolapios, con las fachadas a la Calle Olite y la calle Leire, obra del arquitecto pamplonés Víctor Eúsa.

Detalle de la fachada del colegio de los Escolapios a la calle Olite, obra del arquitecto pamplonés Víctor Eúsa.

Detalle de la fachada del colegio de los Escolapios a la calle Olite, obra del arquitecto pamplonés Víctor Eúsa.

Fachada del colegio de los Escolapios a la calle Olite, obra del arquitecto pamplonés Víctor Eúsa.

Fachada del colegio de los Escolapios a la calle Olite, obra del arquitecto pamplonés Víctor Eúsa.

Vistas en la calle Leire

Torre del colegio de los Escolapios vista la calle Leire.

Torre del colegio de los Escolapios vista la calle Leire.

Fachada del colegio de los Escolapios, a la calle Leire, obra del arquitecto pamplonés Víctor Eúsa.

Fachada del colegio de los Escolapios, a la calle Leire, obra del arquitecto pamplonés Víctor Eúsa.

Vistas en la calle Aralar